El sector inmobiliario en España está en plena transformación, impulsado por la demanda de viviendas sostenibles, el auge del alquiler y la digitalización. Las nuevas preferencias de los inversores destacan la búsqueda de propiedades multifuncionales y asequibles, así como el interés por desarrollar proyectos sostenibles, reflejando una evolución consciente del entorno.